PIENSO QUE....

Cada persona, en su existencia, puede tener dos actitudes: construir o plantar. Los constructores un día terminan aquéllo que estaban haciendo y entonces les invade el tedio. Los que plantan a veces sufren con las tempestades y las estaciones, pero el jardín jamás para de crecer.
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Desastre marino por derrame de petróleo en EEUU

El 20 de junio se cumplen dos meses del hundimiento de la plataforma petrolífera Deepwater Horizon de British Petroleum (BP) que sigue expulsando en el Golfo de México entre 35.000 y 60.000 barriles de petróleo diarios. La catástrofe recuerda al Prestige, que hace casi ocho años tiñó las costas gallegas de negro y provocó la muerte de más de 22.000 aves marinas. Todavía sin datos concretos, los expertos ya hablan de la mayor catástrofe ecológica de EE UU.
Las estimaciones más recientes del equipo de científicos del gobierno estadounidense consideran la emisión de petróleo desde la plataforma petrolífera Deepwater Horizon de entre 35.000 y 60.000 barriles diarios, es decir entre 5.562 y 9.540 toneladas de combustible fósil alcanzan cada día a los ecosistemas. Según las observaciones de los expertos el flujo podría “ser incluso mayor”.
“En el vertido del Prestige en total fueron 60.000 toneladas y en el de BP están diciendo que es superior al otro gran desastre ecológico de Alaska del petrolero Exxon Valdez ocurrido en 1989, que fue de 250.000 toneladas”, apunta el investigador español.
Fondo marino y especies amenazadas
El riesgo y el impacto del fuel en el litoral estadounidense es muy superior al del Prestige porque son costas bajas con marismas y mareal fangoso y arenoso. Sin embargo, el petróleo también afectará a toda la cadena trófica y en especial a las comunidades que habitan el fondo del mar, a 1.500 metros por debajo del vertido. A parte de los corales, que capturan las presas que flotan o los residuos que se hunden, almejas y mejillones conviven ahora con el fuel.
A mediados de mayo un buque del Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología Submarina (NIUST, por sus siglas en inglés) empezó la recogida de muestras justo debajo del vertido y también de las áreas cercanas. Este organismo, creado por la Universidad del Sur de Mississippi, la Universidad de Mississippi y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), fue quien detectó petróleo debajo de la superficie.
Según Prosanta Chakrabarty, investigadora de la Universidad del Estado de Louisiana en Baton Rouge (EE UU), no sólo los pelícanos y las tortugas están en peligro. Un pequeño pez llamado diablito espinoso en Cuba (Halieutichthys aculeatus) y que vive a 400 metros de profundidad también tiene un dudoso porvenir.
La preocupación de la investigadora se centra en las especies que todavía están por descubrir en el Golfo de México y en la amenaza del petróleo sobre especies como el diablito espinoso de Cuba, que no nadan sino que se desplazan “saltando en el fondo marino gracias a su aleta pélvica”.
Aves petroleadas, símbolo del vertido
Un desastre medioambiental como éste tiene efectos directos e indirectos a corto, medio y largo plazo. “Dos años después de la marea del Prestige, aún había señales evidentes de contaminación de hidrocarburos en aves marinas. El petróleo estaba circulando en el ecosistema”, recuerda Munilla, quien encontró hidrocarburos en la sangre de gaviotas enfermas.
Los hidrocarburos afectan a largo plazo a su supervivencia y reproducción porque el alimento es más escaso. “Los efectos se han podido ver hasta siete u ocho años después del vertido”, certifica el investigador.
Según el científico, estima que la mortalidad directa afectó a más de 22.000 aves marinas de especies diferentes. El 80% eran álcidos como frailecillos o araos, que son muy vulnerables. Además, el investigador estima que el impacto en la mortalidad pudo ser “diez veces mayor”.
A pesar de las campañas de recuperación de las aves petroleadas, “casi ninguna sobrevive. Las pocas que lo hacen en los centros viven muy poco una vez soltadas de nuevo”, informa Munilla.
EE UU todavía está luchando por frenar la expansión del fuel en el Golfo de México. La pesadilla no ha hecho más que comenzar. El vertido no sólo afectará a las reservas naturales y ecosistemas de esa área, sino también a la cría de camarones y a la economía de la región. Se calcula que el 90% del pescado y los mariscos del Golfo de México provienen de las marismas de Louisiana, Mississippi y Alabama.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) insta a un cese inmediato de la explotación de petróleo y gas, y afirma que más de 130.000 empleos se verán directamente afectados por el accidente.
El costo sólo en el Estado de Louisiana ya se estima en más de 4.000 millones de dólares.
Pero en los próximos meses México, Cuba, las Bahamas y las Bermudas podrían verse afectados por el petróleo. Sin duda, éste podría ser el mayor desastre ecológico de EE UU y una gran pesadilla para el presidente Barack Obama.

Fuente:www.SINC.ES